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Afecto, seguimiento y alimentación: bases para los primeros meses de crianza
Una de las principales preocupaciones de los padres es brindar bases sólidas durante los primeros meses a sus hijos que perduren durante toda la vida. Por eso, te traemos un recuento de algunas recomendaciones de nuestros expertos que debes tener en cuenta para cubrir las necesidades de tus hijos en tres ejes fundamentales de la crianza: el afecto, el seguimiento y la buena alimentación.
Afecto: construyendo el vínculo padre-hijo
Si bien durante los primeros meses de vida el bebé tiene una relación más estrecha con la madre, esto no debe impedir que no genere un vínculo igualmente cercano y afectuoso con el padre. Como lo afirma la doctora Carol Escobar, pediatra de la Clínica del Country, “es indispensable una figura paterna para un adecuado desarrollo psicológico y emocional”, ya que su presencia en la cotidianidad le ofrece al niño las herramientas necesarias para desarrollarse escolar, familiar y socialmente. En esta misma línea, el contacto sistemático del padre desde los primeros meses genera un entorno de confianza y le enseña al niño de diálogo y trabajo en equipo.
Por este motivo, el vínculo padre-hijo va más allá de lo biológico y debe construirse desde el mismo momento en que se tiene conocimiento del embarazo. Para hacer esto posible, la doctora Escobar recomienda fortalecerlo tempranamente por medio de todos los sentidos. Por ejemplo, hablar a menudo con el bebé, favorece el desarrollo del lenguaje; mantener contacto físico con masajes, juegos o abrazos, genera una sensación de seguridad y de protección; el contacto visual permanente les permite para conocerse y reconocerse mutuamente.
Seguimiento: el peso adecuado del bebé
Para empezar, ten en cuenta que hablar de ‘peso ideal’ para un recién nacido no es correcto pues existen muchos factores que inciden: la estatura de los padres, los hábitos de la madre durante el embarazo (como alimentación o el consumo de alcohol o cigarrillo), algunas condiciones maternas como hipertensión o diabetes y, el más importante, las semanas de gestacion hasta el nacimiento del bebé. Entonces, en términos generales, un bebé recién nacido a término tiene un peso bajo cuando está por debajo de los 2500 gramos y se considera como bebé grande al que pesa más de 4000 gramos.
Sobre la ganancia de peso, la doctora Ana María Jiménez, pediatra de Clínica La Colina, afirma que “en los primeros siete días de vida es normal que el recién nacido pierda entre el 5 y el 10% de su peso; se considera irregular que siga perdiendo peso después de los diez días de nacido o no ha recuperado el peso del nacimiento a los 15 días.” Igualmente, ten presente que, luego de esta pérdida inicial, comienza la etapa de ganancia de peso en la que, en términos generales, se espera que:
Alimentación: de la leche materna a la papilla
Lo ideal es que alimentes a tu bebé con leche materna de forma exclusiva sus primeros seis meses de vida. A partir de ese momento se debe complementar su alimentación con otros alimentos, pues la leche materna deja de cubrir todos los requerimientos nutricionales que el bebé necesita. Además, los bebés necesitan desarrollar gradualmente la capacidad de masticar y comienzan a mostrar interés en otros alimentos diferentes a la leche.
Recuerda que los alimentos que conviene darle a los bebés, en forma de papilla, en esta etapa son: verduras, todas las frutas, arroz, papa, yuca, plátano, ñame, frijoles, lentejas, garbanzos, carne, pollo, ternera, cerdo, pescado, huevo. Evita darle leche de vaca hasta el año de vida, al igual que miel y frutos secos. La doctora Lina Osorio, pediatra de la Clínica del Country, sugiere estas papillas por sus beneficios nutritivos: