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Urología

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Hablemos de salud masculina: cáncer y prevención

Conoce las diferencias entre el cáncer de pene, cáncer de próstata y cáncer testicular: lo que todo hombre debe saber.

¿Sabías que existen 3 tipos de cáncer que pueden afectar el aparato reproductor masculino? Aunque comparten algunos síntomas, es importante reconocer las diferencias entre el cáncer de pene, cáncer de próstata y cáncer testicular. Entender estas diferencias puede ser vital para un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno.

  1. Cáncer de próstata: el más común entre los hombres

El cáncer de próstata se forma en los tejidos de la próstata, glándula del sistema reproductor masculino. Es el tipo de cáncer más común entre los hombres. Según la Sociedad Americana del Cáncer, 1 de cada 8 hombres será diagnosticado con cáncer de próstata en su vida. El tipo más común de este cáncer es el adenocarcinoma, que se origina en las células glandulares de la próstata.

Factores de riesgo

  • Edad: la mayoría de los casos se diagnostican entre los 60 - 70 años, pero se pueden encontrar generalmente desde los 40 años. 

  • Historial familiar: tener familiares directos que tengan o hayan tenido cáncer de próstata aumenta el riesgo.

  • Raza: los hombres afroamericanos tienen un riesgo más alto de desarrollar y morir de cáncer de próstata.

  • Dieta y estilo de vida: una dieta alta en grasas y la obesidad son factores contribuyentes.

Síntomas comunes

En la mayoría de los casos, el cáncer de próstata en sus etapas iniciales no presenta síntomas evidentes. Debido a esto, es de suma importancia la necesidad de tener chequeos médicos periódicos. Cuando la enfermedad se encuentra en etapa avanzada, se pueden presentar los siguientes síntomas:

  • Dificultad o necesidad frecuente de orinar, especialmente por la noche.

  • Dolor al eyacular.

  • Presencia de sangre en la orina o el semen.

  • Dolor en la zona pélvica o lumbar.

Diagnóstico y tratamiento

El Doctor Juan Camilo Ospina, Jefe del Servicio de Urología afirma que: “el camino actual para el diagnóstico es la valoración con tacto rectal y antígeno prostático, si alguno de estos estudios es anormal, se solicita una resonancia de próstata, si persiste la sospecha o la resonancia demuestra una lesión sugestiva se realiza biopsia de próstata con o sin fusión de imágenes. Existen otros estudios de extensión como gammagrafía ósea, resonancia, TAC de abdomen y pelvis o PET PSMA”.

El tratamiento para el cáncer de próstata depende de varios factores, como la etapa del cáncer, la agresividad del tumor, la salud general del paciente y las preferencias personales. A continuación, se describen algunos de ellos:

  • Cirugía: prostatectomía radical con linfadenectomía pélvica que implica extraer toda la próstata y los ganglios linfáticos pélvicos.

  • Radioterapia: uso de radiación para destruir células cancerosas, que puede ser externa o interna (braquiterapia).

  • Terapia hormonal: son de última generación y buscan la reducción de los niveles de hormonas masculinas que pueden promover el crecimiento del cáncer.

  • Quimioterapia: uso de medicamentos para destruir células cancerosas, generalmente en casos avanzados que no responden a la terapia hormonal.

  • Terapias dirigidas: medicamentos que atacan específicamente características moleculares y genéticas del cáncer.

  • Inmunoterapia: tratamientos que ayudan al sistema inmunológico a combatir el cáncer.

2. Cáncer testicular: el que más afecta a los hombres jóvenes

El cáncer de testículo es una enfermedad en la que se forman células malignas en los tejidos de uno o ambos testículos, las glándulas reproductoras masculinas situadas en el escroto. Este tipo de cáncer es el tumor sólido más común en hombres jóvenes de 20 a 40 años, con altas tasas de supervivencia si se detecta a tiempo. 
Los cánceres de testículo se dividen principalmente en dos tipos, basados en el tipo de células en las que se originan:

Seminomas: son cánceres que crecen y se diseminan más lentamente. Se presentan en dos formas: seminomas clásicos (la forma más común) y seminomas espermatocíticos (más raros y generalmente menos agresivos).

No seminomas: incluyen varios tipos de cáncer de células germinales que tienden a crecer y diseminarse más rápidamente. Estos incluyen:

  • Carcinoma embrionario.

  • Tumores del saco vitelino.

  • Coriocarcinoma.

  • Teratoma.

Factores de riesgo

  • Historial Familiar: tener un pariente cercano con cáncer testicular.
    Criptorquidia: testículos no descendidos.
    Antecedentes personales: haber tenido cáncer en un testículo incrementa el riesgo en el otro.

Síntomas comunes

  • Masa o bulto indoloro en el testículo.

  • Dolor o malestar en el escroto o el abdomen.

  • Sensación de pesadez en el escroto.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del cáncer de testículo comienza con un examen físico, donde el médico palpa los testículos para detectar bultos o anormalidades. La ecografía testicular es una herramienta que utiliza ondas sonoras para crear imágenes del interior del testículo, diferenciando entre bultos sólidos y llenos de líquido. Además, se realizan análisis de sangre para medir los niveles de marcadores tumorales como la alfa-fetoproteína (AFP), la gonadotropina coriónica humana (HCG) y la lactato deshidrogenasa (LDH), que pueden estar elevados en presencia de cáncer. A diferencia de otros tipos de cáncer, rara vez se realiza una biopsia antes de la cirugía debido al riesgo de diseminar el cáncer; en su lugar, se procede a la extirpación del testículo afectado y su examen posterior.

El tratamiento del cáncer de testículo varía según el tipo y estadio del cáncer. La cirugía es el tratamiento principal, específicamente la orquiectomía vía inguinal, que implica la extirpación del testículo afectado. En algunos casos, la linfadenectomía retroperitoneal (extirpar los ganglios de la parte posterior del abdomen). La quimioterapia se emplea cuando existe riesgo de metástasis no evidente o enfermedad avanzada y puede ser administrada después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa restante.

¿Qué tan comunes son las MAV Cerebrales?

Las MAV cerebrales son relativamente raras. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la prevalencia es de aproximadamente 1 en 100.000 personas. Sin embargo, la incidencia puede ser mayor debido a que muchas MAV no se diagnostican hasta que causan síntomas graves.

Pronóstico

El pronóstico para las personas con MAV cerebrales varía. Algunas personas pueden vivir toda su vida sin saber que tienen una MAV, mientras que otras pueden experimentar complicaciones graves desde edades tempranas como hemorragias cerebrales. La detección rápida y el tratamiento adecuado son cruciales para mejorar las perspectivas.

Las MAV cerebrales, aunque raras y extremadamente peligrosas, son tratables con las técnicas médicas y quirúrgicas adecuadas. Recientemente en la Clínica del Country realizamos una cirugía pionera en el país a una paciente de 7 años, para tratar una MAV cerebral. Gracias a la innovadora técnica de video angiografía intraoperatoria con indocianina, se pudo tener una visión clara de la malformación durante la cirugía en tiempo real. Esto, gracias al uso de equipos de última tecnología como el microscopio LEICA M530 OHX que permite visualizar con la máxima precisión las redes vasculares cerebrales. 

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3.    Cáncer de pene: poco frecuente pero grave

El cáncer de pene es una enfermedad caracterizada por la formación de células malignas en los tejidos del pene, aunque es poco común, su impacto puede ser grave si no se detecta a tiempo. Esta patología se presenta con mayor frecuencia en hombres mayores de 60 años y según datos del Instituto Nacional de Cancerología de Colombia, la incidencia del cáncer de pene en el país es de aproximadamente 0.8 casos por cada 100,000 hombres.

Factores de riesgo

  • Higiene inadecuada: la acumulación de esmegma bajo el prepucio puede aumentar el riesgo.

  • Infección por VPH: el virus del papiloma humano está asociado a la mayoría de los casos.

  • Fumar: los hombres fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de pene.

Síntomas comunes

  • Aparición de úlceras o verrugas en el pene.

  • Sangrado inusual.

  • Dolor en la zona afectada.

  • Infección o mal olor en el pene.

Diagnóstico y tratamiento

El diagnóstico del cáncer de pene implica una serie de pasos y procedimientos médicos para identificar y confirmar la presencia de células malignas en los tejidos del pene. Los factores más importantes son las características histológicas (en microscopio) de agresividad del tumor y lo infiltrado que se encuentre en el pene.

  • Examen físico: inspección visual y palpación del pene.

  • Biopsia: extracción de una pequeña muestra de tejido para su análisis.

  • Imágenes: ecografía, resonancia magnética (RM) o tomografía computarizada (TC) pueden ser usadas para determinar la extensión del cáncer.

La cirugía es el tratamiento principal y más común para el cáncer de pene, para realizarla se deben tener en cuenta los siguientes factores: la localización específica en el pene, el tamaño del tumor, la extensión a otros tejidos o ganglios linfáticos, y la salud general del paciente. Teniendo en cuenta esto, el médico tratante puede optar por los siguientes tipos de cirugía:

  • Escisión local: consiste en la eliminación del tumor con un margen de tejido sano alrededor. Es apropiada para tumores pequeños y localizados.

  • Microcirugía de mohs: se trata de una técnica que implica la eliminación del tumor capa por capa y el examen microscópico de cada capa hasta que no queden células cancerosas. Es útil para preservar la mayor cantidad posible de tejido sano.

  • Amputación parcial del pene (Penectomía Parcial): se utiliza cuando la localización del tumor permite preservar un segmento del cuerpo del pene que le permita una longitud aceptable sin comprometer los márgenes de resección.

  • Amputación total del pene (Penectomía Total): se realiza en casos avanzados, donde el tumor ha invadido profundamente o por la localización del tumor, puede ser necesario extirpar todo el pene.

  • Linfadenectomía: es la extirpación de los ganglios linfáticos en la ingle. Se realiza si hay evidencia de que el cáncer se ha diseminado a estos ganglios, también, cuando existen factores de riesgo clónicos e histológicos que, aunque no se vean comprometidos los ganglios, es necesario retirarlos.

  • Linfadenectomía pélvica: la linfadenectomía pélvica es un procedimiento quirúrgico en el cual se extirpan los ganglios linfáticos ubicados en la región pélvica.

  • Estos tipos de cáncer, tienen un impacto significativo en la salud y la calidad de vida de los hombres. La detección temprana es fundamental en el pronóstico y tratamiento exitoso de estas enfermedades, por eso es necesario comprender la importancia del autochequeo regular y de la consulta médica de manera periódica.

Además, la promoción de estilos de vida saludables y la educación sobre factores de riesgo como la edad, antecedentes familiares y condiciones genéticas pueden ayudar a reducir la incidencia. Con un enfoque en la prevención y la conciencia, podemos avanzar hacia una mejor salud masculina y una reducción en el impacto de estos cánceres.